Ya sabemos qué futuro queremos para la educación. Ahora debemos hacerlo posible
Las preguntas: ¿Cómo hacer frente a la incertidumbre? y ¿cómo cambiar los paradigmas para avanzar en la transformación de la educación? Las respuestas: más cocreación, modelos flexibles desde y con los territorios, resignificación y expansión del rol docente y sistemas de información fortalecidos para apoyar la toma de decisiones.
Esas fueron las principales temáticas de los dos paneles de apertura del Día Imaginar Futuros organizado por la Universidad EAFIT y que contó con la participación de representantes de Qatar, del gobierno de Paraguay, la Secretaría de Educación de Antioquia, el Ministerio de Educación Nacional y la Fundación Jacobs de Suiza. Esta iniciativa hace parte del Festival de Futuros.
Es una realidad: en 10 o 15 años la educación básica, media y superior debe contar con modelos, metodologías y prácticas que nazcan desde y con las comunidades, con currículos centrados en las vocaciones de los diferentes territorios y sus actores, y con sistemas de información que permitan hacer seguimiento a las trayectorias de los estudiantes, apoyar la toma de decisiones oportunas y fortalecer la generación de políticas públicas pertinentes.
Será, sin duda, un entorno creativo en el que el estudiante será el protagonista y el profesor seguirá siendo el principal motor de la educación, que se cuestionará sobre la relación entre el valor comercial y el social, y que, reconociendo el papel de la tecnología, volverá su mirada en la importancia que tienen el humanismo y las emociones para generar permanencia y procesos de aprendizaje situados. Pero, para llegar a ese futuro, primero será necesario vencer dos obstáculos: la incertidumbre y el cambio en los paradigmas educativos.
¿Y cómo hacer frente a estos dos retos? Esa fue la pregunta a la que intentaron dar respuesta académicos, líderes educativos y representantes del sector público que asistieron a los dos paneles de apertura del Día Imaginar Futuros, otro de los momentos del Festival Futuros, que se realizó en la Universidad EAFIT este jueves 25 de mayo.
Y es que si el World Innovation Summit for Education fue la oportunidad para reflexionar con visión global sobre los futuros probables, posibles y deseables para la educación, el Día Imaginar Futuros fue la plataforma para aterrizar las ideas en propuestas más concretas para aportar al cierre de brechas, el fortalecimiento de la toma de decisiones y la transformación de paradigmas educativos.
Precisamente, el primero de estos paneles de apertura, Decisiones para el futuro en tiempos de incertidumbre, puso el foco en los retos que hay que abordar para llegar al futuro soñado a partir de la ponderación de las realidades sociales, políticas y presupuestarias, así como de los actores que participan en el ecosistema.
“Debemos atender la dimensión del estudiante y seguir adelantando estrategias para expandir el rol del docente; fortalecer nuestro modelo educativo, no con la construcción de más escuelas, sino respondiendo a las vocaciones territoriales y empoderando con una mayor autonomía pedagógica a nuestras comunidades educativas; y, por supuesto, tenemos que evaluar para tomar mejores decisiones”, expresó Alcira Sosa, viceministra de Educación Básica y Media de Paraguay.
La funcionaria estuvo acompañada por Fabio Segura, director ejecutivo de la Fundación Jacobs. Ambos compartieron los aprendizajes y las lecciones que han tenido en Paraguay y Costa de Marfil para encontrar caminos posibles en medio de la incertidumbre.
“Coincido en que involucrar más a las comunidades es fundamental, pero también resalto el papel determinante de la información porque la transformación va de la mano de los datos y la evidencia. Son estos los que nos permiten pensar en estrategias de mejoramiento y planeación pedagógica. La educación es uno de los sectores que más impacta la vida de las personas y es donde menos se utiliza evidencia. No podemos seguir tomando decisiones intuitivas viendo qué funciona o qué no”, concluyó Fabio durante su intervención.
Ambos expertos coincidieron en que, si bien se pueden implementar diversas estrategias para vencer la incertidumbre, estas deben estar acompañadas de esfuerzos permanentes para cambiar los paradigmas educativos y la forma como los estudiantes se van a adaptar a los nuevos modelos de aprendizaje.

Preguntamos a varios de los asistentes al evento cómo se imaginan, en el futuro, la educación básica y media en Colombia. Esto fue lo que nos respondieron.
Cambiar los paradigmas educativos implica la participación de todos los actores del ecosistema
Ese fue precisamente el reto que abordaron Mónica Quiroz, secretaria de Educación de Antioquia; Liliana Guaca, jefa de la Oficina de Innovación Educativa del Ministerio de Educación; y Evren Tok, vicedecano de innovación y participación comunitaria de la Universidad Hamad Bin Khalifa (Qatar) durante el panel Paradigmas en la transformación educativa, que fue moderado por Claudia Restrepo Montoya, rectora de EAFIT.
Para Quiroz, por ejemplo, el principal desafío es la desconexión que existe en la actualidad entre los currículos y la realidad de los entornos rurales y urbanos, y que solo se puede resolver con unas formas diferentes de enseñar, así como con el fortalecimiento de modelos flexibles que permitan que los profesore lean estos contextos y los incorporen en sus programas para que los estudiantes se adapten. “Los niños de una escuela del Suroeste, por ejemplo, están acostumbrados a los cultivos de café, pero muchas veces no incluimos este tema en sus programas e ignoramos por completo que muchas veces eso genera desconexión con sus proyectos de vida. Ahí tenemos un reto”, apuntó.
Esa es una opinión a la que se sumó Liliana Guaca, representante del Gobierno Nacional, quien reiteró la importancia de una educación situada con profesores que se conviertan en aliados de las comunidades, y con currículos que tengan relación con el sector productivo y enfoque en educación para la reconciliación y la paz.
Finalmente, el profesor Evren Tok, de la Universidad Qatarí, llamó la atención sobre la necesidad de reconciliarnos, desde el humanismo, con conceptos como la sostenibilidad y el emprendimiento más allá de su reciente valor comercial, con el fin de propiciar en los estudiantes el espíritu de crear empresas que permita ofrecer soluciones a las problemáticas de sus comunidades y de la sociedad en general.
La incorporación de las familias durante todas las trayectorias de aprendizaje; la resignificación de la importancia de las emociones en los procesos de cada persona, especialmente después de la pandemia; y la apuesta de los gobiernos por la formación en temas de ciencia, tecnología e innovación desde la primera infancia fueron otras de las propuestas de los invitados para seguir transitando hacia el cambio educativo que nos exige el futuro.
Este fue el primero de una serie de talleres y experiencias con un mismo mensaje: no basta solo con reflexionar sobre un mejor futuro educativo, hay que comenzar a construirlo desde ahora.